Por: Katy Montoya

Lady Lazarus (1991) es un cortometraje de 23 minutos que Sandra Lahire creó para el British Film Institute y Channel 4. En él, nos adentramos en el abatido y oculto mundo psíquico de Sylvia Plath, la poeta y novelista que luchó abiertamente contra el suicidio del que murió a los 30 años, una semejanza con Lahire, quien combatió contra la anorexia.
Azul y rojo. Plath y Lahire. Gemelas o alter-egos. Coexisten estas verdades opuestas y complementarias, así como dice Lahire que Plath «es la única poeta […] que ha viajado en un paisaje personal de muerte, mientras que al mismo tiempo escribe en un lenguaje que es completamente de vida». Vida, biografía, un poco de narcisismo, dice también Lahire, es necesario para que las mujeres no queden “expulsadas” de la historia y que tengan algo para enseñar a las próximas generaciones. Tanto Plath como Lahire se encargan de esto.
Rojo y azul. Rojo como los labios coral de Sylvia Plath— empeñada en el corto por la cineasta Sarah Turner— que aportan una pizca de color a su esbelta figura blanca, rematada por una melena negra y la silueta que crea sentada delante del volante de su incoloro coche clásico o caminando de un lado a otro frente a la ventana de su antigua casa. «Felpa roja», declara Plath a propósito de nada : su tragedia no puede evitar ser elegante, gentil. Rojas son las llamas y la sangre y la afirmación de Plath de que en la poesía hay que «quemar la periferia», porque con las palabras «tienes que llegar tan lejos, tan pronto».
Azul como la bola de cristal, la ouija inclinada, los pasillos oscuros, los sótanos húmedos donde, según las notas de Lahire, se «invernaría» Plath con las pastillas de Talidomida que se toma: una a una.
Rojo es el infierno que ella dice que pretende crear cada que intenta suicidarse.
Morir
es un arte, como todo lo demás.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para que se sienta como el infierno.
Lo hago para que parezca real. [1]
Dying
Is an art, like everything else.
I do it exceptionally well.
I do it so it feels like hell.
I do it so it feels real. (“Lady Lazarus”, 1965)
Así como las cenizas de las que resurge, como “gata de nueve vidas”, después de sus intentos fallidos de morir. Roja, como su invocación a Herr Lucifer. «Bermellones, bronces, colores del sol/ En el fuego del carbón no consolarán del todo». Mientras que el azul pinta su piel privada de sol mientras espera infinitamente, tumbada. Sin embargo, el azul y el rojo son las llamas que aparecen, más ardientes que nunca, al final del corto. Son las luces nocturnas de la ciudad en taxi y la feria de la playa sobre la que
transcurre su vida en imágenes superpuestas, capas de vida de cambiante transparencia, compitiendo por alcanzar el primer plano.
El miedo a la asfixia impregna las obras dentro de la película —la poesía de Plath junta y la visión cinematográfica de Lahire. Se trata de un miedo existencial que impulsa una búsqueda de la libertad de expresión en sus propios términos. La poesía y el cine experimental se convierten en universos paralelos que se nutren mutuamente. Como escribe Lahire, la poética de Plath le inspira a innovar dentro del «microcosmos del fotograma» y a buscar «los espacios implícitos fuera de su frontera». Ambas intentaban abordar, como dice Laura Guy, lo que es «lo femenino”, algo “literalmente demasiado para soportarlo» que hace que Lahire lo sintiera “como un tema [únicamente] adecuado a la escala de la poesía»?
Cualquiera falta de expresión hubiera significado la muerte para Lahire, así como le sucedió a Plath. En su ensayo de 1985: Lesbians in Media Education, Lahire escribe que tener que repetir el lenguaje hegemónico masculino dejaría «las palabras secas y sin jinete/ los infatigables cascos-trampa», citando el poema de Plath de 1963, «Palabras». Por lo tanto, las palabras buscan su poesía en la imagen en movimiento, infusionadas de azul y rojo. Corren el riesgo de que ahí se fundan en las llamas rojiza azuladas. Pero, como dice Jacqueline Rose, «a lo largo del borde del lenguaje donde las palabras se llenan de una oralidad”, sólo se “[subsumen] parcialmente”.